25 de mayo de 2011

¿Cómo hacer un cantero de flores?

Al momento de crear un nuevo cantero en nuestro jardín, deberemos tener en cuenta una serie de factores que contribuirán al éxito o al fracaso del mismo.

Determinación de tamaño, orientación y exposición (al sol o sombra), así como considerar las vistas desde la casa y del entorno de plantas existentes.

La época ideal para la realización de un cantero es otoño, invierno o los primeros días de la primavera, ya que es la época de reposo y de división de la mayoría de las perennes.

Es conveniente diagramar el cantero en un plano o dibujo en escala con la distribución de las plantas teniendo en cuenta, en primer lugar, la altura.   Se ubicarán las más bajas en el primer plano, escalonando el resto de menor a mayor.


El diámetro de cada una establecerá la cantidad que se necesite para cubrir una determinada superficie.

Luego podrá delimitarse y marcar el cantero en el parque o jardín: siempre el largo deberá estar compensado con el ancho.

Otro punto fundamental está dado por el terreno.  Cuál es el espesor de la capa de tierra negra, nivel con respecto al resto del jardín, el drenaje de ese sector y la inclinación del terreno.

Una vez que se ha terminado de hacer el diagrama, se marca el cantero sobre el terreno. Si la forma es irregular o de bordes redondeados, podrá utilizarse una manguera flexible, y si es rectangular o de líneas rectas se utilizarán estacas e hilo.

El largo estará compensado por el ancho que medirá, como mínimo, la mitad del primero para que no quede como un "pasillo". Y como la profundidad también es muy importante, las herbáceas más altas no deberán tener una altura superior a la mitad del ancho de la bordura.

Se marcan los contornos con la pala y se procede a retirar los primeros 10cm de tierra con pasto (donde lo hubiera), y la capa que contiene estolones y raíces.

Si el suelo es bueno, no retiene el agua, y la capa de tierra negra tiene un espesor de más de 20cm, entonces se puntea con la pala de punta para invertir el horizonte del suelo. Por el contrario, si el drenaje es malo habrá que retirar 40cm de tierra para colocar una capa drenante (de aproximadamente 10cm) de cascote, leca, piedra partida o canto rodado.

Una vez realizados estos trabajos, se procede a preparar el suelo en el que crecerán las herbáceas, que deberá retener sólo el agua que la planta necesite para su mejor desarrollo. Este suelo debe tener un 20 o 30% de materia orgánica (turba, resaca, cama de champiñón), tierra negra en un 50 a 60% y arena gruesa entre un 20 y un 10% (el drenaje es muy importante y para esto puede utilizarse arena gruesa, perlita o vermiculita). Estos porcentajes variarán de acuerdo con la calidad del suelo y el tipo de plantas.

Una técnica que se suele practicar es, al momento de retirar los panes y puntear el suelo, colocar una capa de al menos diez hojas de papel de diario cubriendo toda la superficie del cantero y, sobre ella, la mezcla del sustrato. Esto contribuirá a evitar la proliferación de malezas.

Se mezclan perfectamente los materiales y se rellena el cantero. Siempre se debe elevar por lo menos 20cm sobre el nivel del suelo, de los cuales 10cm bajarán por el riego o la lluvia. Si es muy ancho el cantero se colocan piedras o ladrillos en lugares estratégicos para caminar por dentro, pues si caemos en la tentación de pisar en cualquier lugar compactaremos la tierra.

La elevación es muy importante para la aireación de las raíces. Es muy importante que quede aproximadamente 12cm por sobre el nivel del jardín para evitar el anegamiento de las raíces, tan perjudicial para este tipo de plantas.

Nivelada la superficie, se procede a plantar las especies elegidas. Se riega en forma abundante, se aplica un fertilizante completo -preferentemente de liberación controlada- en la base de las plantas. Es muy importante evitar en borduras mixtas las plantas invasoras que avancen sobre el resto. (Ej: Oenothera speciosa, Saponaria officinalis).

También hay que proteger el suelo de la compactación por la acción del clima y la invasión de malezas, y colocar una capa de protección mientras las plantas crecen. Esta capa puede estar compuesta por cortezas, pinocha, etc. Al mismo tiempo servirá para retener la humedad.

La elección de las plantas por el color y la época de floración podrá descansar, si consideramos el elemento cromático, en su contraste, en la variedad o en los tonos engamados, pero también podrá estar determinada por el color de las hojas, la forma del follaje o de las flores, etc.

Fuente: http://www.revistajardin.com.ar

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